Entender la situación de la música pop es una cuestión que ha tomado el análisis de un sinfín de autores, críticos y dedicados a la m...
Entender la situación de la música pop es una cuestión que ha tomado el análisis de un sinfín de autores, críticos y dedicados a la música. Aunque, si tenemos que elegir uno entre todos, probablemente muchos elegiríamos a Simon Reynolds.
Su descripción de la mutación en nuestra manera de relacionarnos con la música abordada desde diferentes ángulos como: la critica cultural, sociológica, filosófica, económica e incluso la experiencia personal, provocan una sensación de unidad o hermética en sus reflexiones y textos.
Retromanía es un texto lleno de referencias sociales y planteamientos sociológicos que navegan dentro de la historia de la música, incluso encontraremos términos acuñados por el propio Simon Reynolds como “hiper-estasis” o “post-rock”.
Como su título sugiere, nos permite analizar la obsesión que tiene la cultura pop por el pasado, por lo retro y la conmemoración; Bandas que vuelven a juntarse, reediciones, mashups, biopics y documentales de rock. El planteamiento formal que ofrece la lectura es el siguiente:
¿Nos dirigimos acaso hacia una especie de catástrofe ecológico-cultural, en la que la búsqueda en los archivos de la historia del rock también se agotará? ¿Qué sucederá cuando nos quedemos sin pasado? ¿Hay algo en el paisaje musical actual –artistas como LCD Soundsystem, Ariel Pink, Lady Gaga o The White Stripes– que sea lo suficientemente rico para sustentar formas futuras de revivalismo? ¿O es que acaso el reciclado degradará el material original hasta un punto en el que ya no se le pueda extraer valor de uso alguno?
El acceso a nuestro propio pasado inmediato y la facilidad de la información gracias al internet, nos ha vuelto nostálgicos de un pasado demasiado próximo, y de una historia que se esta quedando sin fuentes para explotar.
Las personas en los 60's y 70's tenían un proceso mucho más laborioso para el acceso a la información de su pasado (y no tan instantáneo), por lo que tener nostalgia por ese pasado constituía una parte mayormente imaginativa, qué, siguiendo esa línea convertía a los artistas en seres llenos de oportunidades gracias al sesgo malogrado de la información que fomentaba sin querer la creatividad artística.
Las personas en los 60's y 70's tenían un proceso mucho más laborioso para el acceso a la información de su pasado (y no tan instantáneo), por lo que tener nostalgia por ese pasado constituía una parte mayormente imaginativa, qué, siguiendo esa línea convertía a los artistas en seres llenos de oportunidades gracias al sesgo malogrado de la información que fomentaba sin querer la creatividad artística.
El internet y el pasado histórico disponible en segundos, genera una carga enorme de estímulos que inhiben la capacidad creativa y/o disruptiva de los nuevos artistas. Un eclecticismo que forma una falta de identidad y profundidad en la personalidad.
Estamos llegando a un punto de inflexión en donde copiar una época que copiaba a otra es una imposibilidad lógica. El pasado se esta perdiendo debido a su mismo uso, el uso de sonidos o referencias a otras épocas o artistas se vuelve obsoleto para una futura inspiración, hacemos parches (con lo retro) que maquillan la insuficiencia de elementos actuales. El pasado cada vez se vuelve menos su pasado y más su recuerdo deforme.
¿Cómo sentamos las bases para que nuestro futuro nos haga un revival?
Vivimos una época en donde el proceso de circulación de la música se ha vuelto el tema sobre el que circula la discusión.
Hablamos mas de cómo escuchamos música, que de que música escuchamos. La tecnología es ahora parte de la cultura pop y se modifica junto a ella a pasos agigantados.
Hablamos mas de cómo escuchamos música, que de que música escuchamos. La tecnología es ahora parte de la cultura pop y se modifica junto a ella a pasos agigantados.
Conforme la realidad fue incrementando sus capacidad para recordar su pasado, el proceso de nostalgia por épocas pasadas ha ido acelerando su paso, se han generado paralelismos de décadas que se están agotando, la historia de la música moderna esta llegando a un punto de inflexión que nos hace plantearnos ¿Qué sigue? ¿Ya se invento todo? ¿De donde saldrá la novedad y revolución de esta década?
Tenemos que hacer notar que en este tipo de análisis las partes mas enriquecedoras son las disyuntivas presentes a lo largo de las páginas. Esta situación complica la lectura, pues si bien deja conocer una clara postura del autor, no llega a ofrecer una respuesta definitiva para los planteamientos que hace.
Las conclusiones finales son un objeto personal que podemos -y deberíamos- desafiar y transgredir de acuerdo a nuestros propios análisis.
Las conclusiones finales son un objeto personal que podemos -y deberíamos- desafiar y transgredir de acuerdo a nuestros propios análisis.
Retromania es un título para leer con calma, saborearlo y explorarlo, darle un uso enciclopédico y reflexivo. Un obligatorio para cualquier biblioteca musical.
